Vinculandote en muchas ocasiones a tu lugar de origen. Invitados a un viaje de ida y vuelta a aquellos lugares que han dejado de alguna manera una huella en lo mas profundo de su interior.
O lo que es lo mismo a ese almacén que denominamos memoria. Un sitio en el que aparcamos tanto aquellos instante que supusieron un episodio más o menos gratificante.
Como aquellos eventos que se pueden catalogar como más traumaticos o desafortunados. Construyendo narrativas cuyas formas mas inusuales e inesperadas que uno se pueda imaginar, nos asaltan de forma inesperada.
Las instalaciónes de Jorge Mayet miniturizan la realidad en réplicas imaginarias de paisajes que se transforman en objetos de la memoria natural comprimendo el espacio
Lo que de forma latente se podrían calificar como naturalezas suspendidas, que reproducen paisajes fragmentados e inconexos. Y que no dejan de ser retazos extraídos desde la raíz de nuestra psique o mente.
Cada instalación representa un ecosistema autónomo, que conserva su identidad representando un pasaje poético y sentimental que conecta a su autor con la esencia de la menoria que se almacena en las diferentes áreas de nuestro cerebro como el hipocampo o la amigdala.
Representaciones de expresiones humanas cuyas metáforas se plasman a través de la imagen de un árbol suspendido en el vacio. Que se muestra desde la raíz hasta la copa levitando en el espacio siguiendo un patron estético próximo al lenguaje surrealista.