El Jardín del Ingles un viaje donde el paisaje y el arte nos trasladan a un lugar mágico y surrealista


Despues de consumar una vida azarosa entre vino y rosas el poeta y mecenas (entre otras muchas cosas) Edward James, recalo por fin en lo que pensaría que seria el lugar idóneo para un retiro dorado, la soleada California. Aunque su edad no se puede considerar muy avanzada.
 
Maxime si tenemos en cuenta los estandares de la epoca. Si se podía jactar de haber tenido una vida intensa, lo que le había permitido convertirse en algo mas que un testigo casual y pasivo, participando activamente en algunos de los movimientos artísticos que se dieron en la primera parte del Siglo XX. Escultor frustrado Edward sin embargo desarrollo un olfato innato para detectar algunos de los mas iconicos y principales precursores de estos incipientes movimientos. Artistas como Picasso Dali formaron parte de su cartera como representante y marchante, siendo uno de los pocos que se percato del talento que había en los primeros trabajos de una joven pintora llamada Leonora Carrington. Etapa tan efimera com lucrativa que le proporciono la oportunidad de entablar una estrecha relacion con lo mas selecto de la época.

Experiencias intelectuales que sin duda contribuyeron a alimentar su anhelo particular de encontrar el lugar mas propicio donde crear su obra magna. Un lugar dedicado a la contemplación y creación artística que se convirtiera con el tiempo y tras su presunta desaparición en su legado sobre la tierra y por el que fuera finalmente recordado.

Objetivo que comenzo a consumar tras pasar una breve etapa tratando de instalarse en alguna campiña de la baja California, donde soñaba con construir lo que el denominaba el Jardin del Eden. Un vergel donde se volcaría en cultivar su verdadera pasión, el cultivo de orquideas.

Dali y Picasso además de Freud como precursores de un sueño

Pero que quizás debido a los altos precios de las cada vez mas escasas propiedades, o al acoso al que fue sometido por la prensa mas frívola de la época. Debido a que se rumoreaba que Edward no era otro que el hijo bastardo del mismísimo Rey Eduardo VII. O la influencia in extremis de la pintora adscrita al realismo mágico Bridget Bate Tichenor.

Que decidió reorientar su rumbo y tras dejar atrás Ensenada, cambiar de rumbo y seguir la ruta migratoria de la mariposa Monarca. Hasta que tras realizar una breve escala para descansar y darse un baño en una de las muchas pozas que caracterizan el paisaje de Xilitla. Un territorio donde apenas había unas cuantas haciendas habitadas por granjeros locales perteneciente al municipio de San Luis Potosí en México.

Orquideas, mariposas y agua tres extraños compañeros de viaje, o no

Siendo finalmente unos cuantos acres pertenecientes a una de ellas la que Edward adquirió con los escasos recursos económicos que apenas había conseguido conservar. Convirtiendola en 1.945 en su refugio de hibernación a la espera de tiempos mas proclives para sus intereses. Mientras esta expectativa sobre el futuro se producia o no, el bueno de Edward sembró la mayor plantación de orquideas de México, un negocio floreciente que prometía cuantiosos beneficios.

Expectativas que de la noche a la mañana se derrumbaron como consecuencia de un inesperado temporal, el cual provoco que practicamente desaparecieran la mayor parte de la totalidad de los cultivos. Causa que provoco que se acelerara su ruina tanto material como moral. Acontecimientos que lejos de disuadirle sirvieron como materia prima para que se produjera toda una catarsis artística.

Acontecimientos que finalmente provoco una detonación en su interior. Un proceso que tras consumarse fue el inicio de su sueño más ambicioso a la vez excentrico, la de transformar con el transcurrir del tiempo los 320.000 m2 cuadrados de un terreno baldío, en un lugar de peregrinación artística donde Edward oficiando de ermitaño y maestro de ceremonia. Creo a partir de una mezcla de sus influencias en las que aparte de corrientes como el Surrealismo o el Dadaismo, incluyo como catalizador el psicoanálisis de Sigmun Freud. Producto de las sesiones que mantuvo con el en sus númerosos encuentros cuando estuvo viviendo una temporada en Viena, en el transcurso de los que también participo por aquel entoces un desconocido Dali. 

De los vapores del LSD al Santuario de la Ballena y viceversa
 
Todo un cumulo de antecedentes y vivencias que de alguna forma se materializaron en la creación de este oasis. Cuyas instalaciones se pueden visitar en la actualidad, permitiendo que el viajero se adentre en un lugar mágico donde además de la presencia del agua. El visitante puede adentrarse en auténticos escenarios de fantasía compuestos por secciones de escaleras continuas, que como las de Escher siempre te devuelven al punto de origen aunque su destino este mas próximo al cielo.

O un lugar al que se accede a través de uno de los muchos senderos que parten de el Santuario de la ballena, llamado El Cine porque es el rincón particular donde Edward proyectaba rodeado por sus amigos y entre los vapores y alucinaciones psicodelicas de cantidades arbitrariasas de LSD. Rollos de película de corte experimental donde los estados oníricos representados se transformaban en el caldo de cultivo que emanaba del subconsciente de los tertulianos emergíendo en forma de dilemas mas o menos razonables y que finalizaban en la mayorías de las ocasiones en acalorados debates.  

Quizás es por este cumulo de cosas por los que sus instalaciones y sus alrededores como Sierra Gorda o Cuernavaca, han sido seleccionados para formar parte de los sets de producción de numerosas y variadas referencias artísticas. Siendo las que pertenecen al terreno de lo musical las que se han sentido especialmente atraídas, quizás este imán sea debido influjo simbólico y onírico de sus paisajes. 

Cemento armado entre bambú y escaleras de destino circular

Constituidas en su mayoría por un material tan poco creativo como el cemento, todas y cada una de las treinta y seis esculturas que emergen entre la espesa vegetacion. La que en ocasiones desconcierta visitante, ya que predominantemente esta compuesta por especies foráneas como el bambú junto con otras plantas de ámbito local, aparte de las omnipresentes orquideas, lo que en su conjunto describe un paisaje singular plagado de contrastes. Son inspiradas, entre otras cosas, por citas mesiánicas, referencias mitologicas o a pasajes literarios. En definitiva siendo el material intelectual y la piedra angular que configuraron la personalidad de su autor.

Y que se traducen en piezas escultóricas como el Palacio de Bambú, la Hoja de Marihuana o la Flor de Lys que comparten espacio con propuestas donde sus antecendentes nos trasladan a los albores de la civilización Egipcia. En una disposición donde su secuencia aparentemente parece estar inducida por una concepción de la vida donde prevalece el caos, pero donde la harmonia de la naturaleza y sus simetrías orgánicas se imponen.

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Situado a 7 horas de viaje en coche desde México DF, el Jardín del Ingles es uno de esos enclaves insólitos donde la arquitectura, tanto de origen natural como la nacida fruto de la imaginación de su creador. Sirve como hilo conductor para comprender algunas de las claves de los mas importantes fenómenos artísticos del Siglo XX.

 

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