El arquitecto Luis Martínez Santa-María desarrolla un discurso cuyo principal argumento recurre a principios ecologistas. Donde la preocupación por el deterioro del medio ambiente adopta el papel protagonista.
Si las columnas originales reconstruidas en 2.010 se exhiben mostrando su solidez en materiales y entereza de espíritu. Las que llevan por titulo Columnas cristalizadas apenas logran sostenerse creando la falsa percepción de un derrumbe inminente.
Merecedoras del primer premio en el ultimo certamen de arquitectura Mies van der Rohe, a la instalación le acompaña la leyenda con la elocuente y conmovedora cita que dice "I don't want to change the world. I only want to express it". (No quiero cambiar el mundo, solo quiero expresarlo). Realizada con bidones de los que se utiliza para almacenar y transportar los galones de petróleo.
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Se muestran en su estado mas decrépito, imagen simbólica de las consecuencias y del impacto que tiene sobre el medio ambiente, la extracción y usos tanto industriales como en el ámbito cotidiano de los combustibles de origen fósil
El ganador habla de sus columnas como «bidones de chapa de acero provenientes de los cementerios de residuos químicos, bidones relacionados con la ciudad de ahora, marcados por señales reconocibles que se colocan uno encima del otro gracias a simples cordones de soldadura.
La fila multicolor de columnas realizadas con bidones industriales de desecho también realiza una ironía entre las amenazas del paisaje industrial y una belleza ambigua, errada, revelada por él.