Muchos de los lugareños cuando veían circular raudo el vehículo SEFT-1 por los raíles del tren. Creían estar ante una reproducción del futurista Delorean, prototipo que participaba en la famosa saga cinematográfica, protagonizada por Michael J. Fox.
En este caso el vehículo híbrido fabricado en acero se trasladaba en el tiempo completando un recorrido de 9.000 kilómetros, que son los tramos que componen la linea que arrancaba y que tras cruzar centro América finalizaba en Ecuador. Una ambiciosa iniciativa que pretendía unir el continente mediante el ferrocarril y que tras su breve existencia, salpicada por innumerables vicisitudes fue cerrada y finalmente abandonada en 1.995.
Compuesta por diferentes etapas en la que se alternan los tramos en los que se conserva en buen estado, con otros en los que la vía férrea ha sido sustituida por senderos y caminos, y en los que apenas algún rastro de las antiguas instalaciones. Habiendo sido cubiertos por la maleza y la numerosa vegetación, factores que han supuesto un obstáculo para sus participantes.
Los artistas mexicanos y hermanos Ivan Puig y Andrés Padilla Domene, que inspirándose en los relatos Todo viaje es espacial de J.L. Borges y El futuro fue un fracaso de José Villalobos. Han pretendido crear una sonda de exploración ferroviaria tripulada, con la que han querido realizar un estudio sobre la realidad sociológica, histórica, cultural, geográfica y antropológica, de las zonas afectadas.
SEFT-1 es un proyecto que a partir de procesos creativos y de accidentes tecnologicos, revela la realidad de un área geográfica y sus pobladores, realizando un paralelismo con su historia y sus valores medio ambientales. Cuyos resultados se podían consultar en tiempo real a través del diverso material que se ofrece a través de su plataforma interactiva y de consulta.