Un paisaje artificial en el que se reproduce un pequeño edén. Una especie de pequeño eden en el que desconectar, mientras del fondo una banda sonora surge de un estanque como si fuera un canto de sirena.
Reproduce lo que a juicio de su autor, el artista Evan Holm, lo que son las condiciones primigenias que se debería reunir. Para que se hubieran originado las primeras formas de vida organica conocidas hasta el momento.
Un planteamiento cuya frontera difusa linda con la del deseo de regresar a un estado inicial. Algo similar a un reseteo informático por el que el contenido se elimina, todo aquel acontecimiento que resulte peturbador. Pudiendo comenzar un nuevo relato desde cero.
Sumerged Turntables es una instalación en el que el protagonista es un disco que escogido al azar y parcialmente sumergido en un lago artificial de aguas negras, gira mientras su contenido suena y es grabado su sonido que es recogido por una selección de microfonos que lo registran asi como el torbellino de aguas turbias en el que milagrosamente funciona.
Holm crea artefactos de un mundo en el que los humanos desaparecieron hace mucho tiempo y nuevas formas de vida se han afianzado en la arquitectura descartada de nuestra civilización actual. Mediante entornos escultóricos inmersivos, la obra genera atisbos de un futuro en el que la frontera entre lo creado por el ser humano y lo creado por la naturaleza se ha disuelto en una familia de organismos híbridos y reliquias abandonadas.