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Walipini, ventajas de los invernaderos subterráneos, una experiencia en el altiplano Boliviriano


Estamos habituados a ver invernaderos realizados sobre todo típo de superficies, muchos de ellos elaborados bajo patrones tradicionales. La mayoria en regiones que presentan una diversidad de condiciones climatológicas.

Características que influyen a la hora de abordar su gestion, lo que obliga a una planificación y tener que decidir cuál es la mejor opción para construir una explotación agrícola con las mejores garantías. 

Explotaciones que a menudo ocupan grandes superficies de territorio cuya estética es observable desde grandes distancias. Por lo que es necesario disponer de una logística equiparable que asegure el rendimiento y mantenimiento de los cultivos.

En el caso de los invernaderos hay que contemplar una serie de medidas específica. Estas preocupaciones son debido a que por desgracia este modelo de cultivo bajo techo presenta serias limitaciones en aquellas áreas geograficas donde el patrón de clima es adverso. 


Con el objetivo de explorar nuevas formulas que permitan la implantación de invernaderos en áreas en las que hasta el momento resultaba inverosímil y cuya instalación reduzca sus coste. 

En diferentes zonas de América del Sur se viene desarrollando en las ultimas dos décadas un sistema conocido como Walipini (termino indígena empleado por la etnia Aymara y que traducido significa "lugar de calor"). Y creado por un suizo llamado Peter Eseli, el cual tras más de veinte años viviendo en La Paz en Bolivia. Desarrollo un modelo de cultivo bajo tierra que tuviera en cuenta las exigentes condiciones que se observan en el altiplano. 


En la practica se trata de horadar parcialmente el terreno hasta conseguir crear un hueco estanco  lo sufientemente grande y profundo que permita a los productores. Cosechar durante toda la temporada aun en las condiciones mas desfavorables.


Se trata de huertos que aprovechan las cualidades geotermicas para dosificar el volumen de humedad y de temperatura en su interior. Una solución ancestral cuya técnica ha sido heredada de padres a hijos. Y que estructuralmente combina los principios de la calefacción solar pasiva con la protección que proporciona una construcción subterránea.

Usando con matices los mismos principios utilizados en la agricultura en invernadero. En este sentido un huerto walipini utiliza los recursos de la naturaleza para proporcionar un ambiente cálido estable, y bien iluminado.


Factores que garantizan una cosecha a lo largo del todo el año. Para eso captura y almacena la radiación solar durante el día, regulando su temperatura en horario nocturno.

Forradas las paredes interiores con una gruesa de tapial (una antigua técnica de construcción empleada por las culturas mesoamericanas y aunque también se ha observado su uso en algunos asentamientos de la cuenca mediterranea consistente en edificar muros de arcilla roja). 

Ligeramente mas elevado, uno de los muros situado en uno de los extremos, provoca que la cobertura exterior caiga dibujando un leve inclinación sobre el terreno. Lo que facilita que los rayos del sol penetren en su interior regulando su temperatura.

Los walipinis son una alternativa económica y muy eficaz para climas fríos y extremos, en el que hay que tener en cuenta como referencia principal su orientación. Con el propósito de aprovechar el máximo de radiación solar, en el hemisferio sur. 
La inclinación de la cobertura del techo deberá orientarse hacia el norte y en el hemisferio norte hacia el sur. De tal manera que el largo de invernadro coincida con el eje este-oeste. 

En el siguiente vídeo que podéis ver pulsando en el siguiente enlace desde  AQUI. Se describe una experiencia en primera persona, de como funciona la técnica desde una óptica practica, explicada paso a paso y de forma detallada sobre el terreno