Algo tan trivial aparentemente como una parada de autobús se puede convertir en muestra de la diversidad de una comunidad, o eso es al menos es lo que pensó el fotógrafo Richard Hooker, cuando apostado en diferentes paradas de autobús de la ciudad de Londres realizo entre 2.001 y 2.005 la serie Bus Stop.
Compuesta por un total de 135 instantáneas, se trata de un conjunto de fotografías que se tomaron entre 2001 y 2005, las cuales representas el multiculturalismo que ha experimentado la capital del Reino Unido, a lo largo de los últimos treinta años. Siendo ese periodo de tiempo en el que quizás se observo más ebullición.
Siendo un fenómeno que se ha observado sobretodo desde que arrancó este nuevo milenio cubriendo prácticamente toda la primera década del siglo XXI. Registrando con su cámara todo un calidoscopio, que bien podría convertirse en objeto de un estudio sociológico.
El conjunto de fotografías explora cómo las personas se relacionan entre sí en espacios confinados, ofreciendo fragmentos de su comportamiento y habitos. Cada pocos minutos en algún punto de la extensa red de transporte se reunen en pequeños grupos para compartir el mismo espacio y un momento fugaz en el tiempo.
Basta con esperar a que algo acto casual y rutinario describa ese acontecimiento convirtiendolo en algo digno de ser fotografiado, lo que por otra parte sucede con asiduidad.
Cada colección de estas personas resulta totalmente diferente al siguiente. La forma en que las personas se apropian del espacio, la forma en que se congregan. Señalando las combinaciones específicas de personas y lugares en un lapso en el tiempo documentando este interesante fenómeno socio-cultural.