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Andy Goldsworthy, los mecanismos de transformación del paisaje

 


Aunque apenas les separa una distancia de unos cuantos kilómetros, presentando la misma composición paisajistica, con los elementos y matices que se pueden observar en las highlands escocesas. 


Un entorno natural rudo y húmedo en el que predomina la abundante vegetacion, el cual se alterna con grandes extensiones de terreno llano producto del azote del viento por lo que apenas se pueden ver unos cuantos matorrales aquí y alla. Un fuerte contraste que también se percibe en las dos pedanias que han marcado del  pionero del Land Art el artista Andy Goldsworthy


Y es que tanto Galloway como Langholm en el condado de Dumfriest, están moldeadas por los mismos mecanismos y ciclos naturales. Pudiendose contemplar desde prismas y ópticas muy similares, no habiendose modificado su patrón tanto paisajistico,  como cuando te adentras y visitas sus edificios, caminando sobre el empedrado de sus calles y te das cuenta de que los materiales empleados en la construcción de sus escasos edificios.



Algunos de ellos con más de trescientos años de antigüedad, son prácticamente los mismos. Como los conocidos como molinos de lana, cuya aparición desempeñaron un papel importante en el desarrollo de la region, convirtiendose en una característica importante de la ciudad. Y cuyo contorno ha servido de inspiración para que creará una de las obras más definitoria de su trayectoria, pieza titulada Stepends Farm, hecha en el año 2000. Perteneciente a su etapa más madura se trata de una intervención en forma de piña. Pieza con la que este estudiante de ingenieria agronoma que al final se decidio por aventurarse por los caminos inexplorados y sinuosos de un movimiento como el Land Art, que provocó que en las postrimerias de la década de los años 70ˋs  del siglo pasado inagurase su propio museo al aire libre.


Un proyecto que forma parte de su legado en el que ha construido una narrativa creativa cuya identidad se ha ido sedimentando hasta convertirse en uno de los referentes e icono de una de las más "vanguardistas" y manifestaciones creativas. Sin cuya presencia e influencia no hubiera sido lo mismo, modificando sustancialmente el discurso y los antecedentes sobre los que ha establecido un trazado evolutivo muy definido.


Tanto desde una perspectiva estética como conceptual, siendo una pieza clave en esta breve pero intensa historia la contribución y aportación de este singular artista nacido en Cheshire, Inglaterra, Goldsworthy creció en West Yorkshire y a partir de los 13 años, comenzó a trabajar en el ambito agrícola cuando no estaba en la escuela. Su familia le introdujo en la agricultura cuando era muy joven, lo que comenzó a estimular su gran interés por la naturaleza, así como el cambio de las estaciones. 


Nidos, mandalas y espirales también han sido motivos que ha utilizado de forma recurrente en sus obras

Esta experiencia laboral en la naturaleza le permitió desarrollar una aguda conciencia y comprensión de su entorno, así como una apreciación de las características fugaces de los diferentes paisajes. Desde entonces ha contemplado la naturaleza como un territorio cuyo rendimiento desde una praxis artística no solamente se puede percibir como un ejercicio.


Sino que sirve para crear conciencia y compromiso con un medio que cada vez nos resulta más ajeno y distante. Habiendo sido considerado como un lugar lleno de peligros y amenazante, por lo que hay que tratar de domesticarlo a toda costa o cuando menos eliminar aquellas especies que pueden suponer un "peligro" para nuestra supervivencia y prosperidad.


Una etapa de su vida en la que la rutina en los campos de cultivo alternaba con sus primeras incursiones como creador haciendo pequeñas esculturas o nidos a base de apilar ramas. Obras de las que apenas constancia salvo algún documento grafico. Pero que a  Goldsworthy le suposo una fecunda adquisición de conocimientos y habilidades que posteriormente reflejo a lo largo de su trayectoria.



El planteamiento de Goldsworthy desde una perspectiva artistica siempre ha sido experimentar, sentir y comprender la energía que fluye de la naturaleza antes de crear cualquier cosa. Una vez hecho esto, pasa a usar esta energía para hacer una obra de arte de belleza efímera. 


Pero mucho antes de que se embarcará en la realización de encargos tanto a nivel institucional como privado Goldsworthy se matriculo en 1974 en Bellas Artes en el Bradford College of Art, actividad académica que no se prolongó más allá de un año. Tras finalizar esta breve pero intensa estapa asistió a la Universidad de Central Lancashire.


En esta ocasión el periodo se alargó desde 1975 hasta 1978, gradúandose finalmente y obteniendo la licenciatura. Paralelamente a su asistencia Goldsworthy definía sus inquietudes artísticas familiarizandose con algunos de sus coetáneos que mostraban pautas de trabajo similares a la suya. Nombres como los de los de Hamish Fulton y Richard Long que formaban parte de una comunidad de artista que seguian una filosofía ambiental en sus pautas artisticas


Toda una serie de eventos y antecedentes que propiciaron que Goldsworthy descubriera su deseo y pasion de interactuar con la naturaleza para crear en vez de verse recluido y confinado en un estudio. Tímidos acercamientos al Land Art que se traducen en una serie de piezas de menor calibre. De las cuales ya no quedan nada y que tuvieron como escenario Morecambe Bay, pues al ser creadas en la orilla cerca de la incesante marea desaparecían a los pocos días de ser elaboradas.


Roof es uno de los conjuntos escultóricos de Andy realizados para interior y que se puede visitar en West Yorkshire Sculpture Park en Wakefield, UK 


Pero es en su residencia definitiva en Galloway a la que se traslado en 1986 en la que el artista comienza a crear su propio universo creativo, es allí en el sur de Escocia en una pedania ubicada entre cuatro colinas en el valle del río Esk. En la que Goldsworthy conoce la historia del Clan Armstrong y su descendiente más famoso que es Neil Armstrong, el primer hombre en caminar sobre la Luna. 


Una efemeride que no deja de ser una anécdota en la biografía y detonantes artísticos de Andy, pero que de alguna forma le influyen pasando a formar parte de su paticular universo de mitos que de vez en cuando afloran en sus intervenciones. Las que cada vez son más prolíficas no solamente en su entorno mas proximo, sino en lugares mucho más distantes y a escala global.


 

Donde encuentra su propia incubadora creativa en la que poder crear piezas cada vez más ricas en detalles a las que incorpora su otra gran pasión, la de la fotografia. Que utiliza Incorporandola como testimonio documental, convirtiéndose en la mayoría de los casos, como una única prueba tangible de que sus esculturas existieron, aunque solo sea por un momento fugaz. 


La obra del artista Andy Goldsworthy describe la rutina natural y sus mecanismos orgánicos a través de crear identidades con las que poder empatizar de forma rítmica como para quedar completamente absorbida en su propuesta visual. 


En este sentido se trata de una medida coherente en el contexto de que las actuaciones Goldsworthy se definen en la mayoría de los casos por su brevedad. Ya que no son proyectos que no nacen de un deseo de crear arte, sino que representan la vida y la necesidad de darse cuenta de que las cosas por su naturaleza presentan una vigencia en el tiempo más o menos perdurable.



Obras en las que recurre a elementos naturales como la nieve o el hielo, las hojas de una diversidad de arboles, ramitas, hierba, e incluso barro o arcilla con el que moldea alguna de sus esculturas. Materiales ligeros que emplea mezclándolos con adornos, colmenas y cúpulas hechas de piedras, o delicados patrones de hojas que se han colocado sobre el agua. 


Al crear sus esculturas en medio de la naturaleza, Goldsworthy permite que sus obras crezcan y se descompongan según el curso de la naturaleza, con las que pretende reflejar no solo la geografía, sino su biografía tanto individual como colectiva.


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En 1985. Fue allí que comenzó a producir obras que se inspiraron en referentes del movimiento como Robert Smithson. Al que ya alusión hice aunque de forma muy suscinta en esta entrada (que podéis leer AQUI). Y que pretendía hacer un bosquejo sobre la vida y obra del artista y también coetáneo Charlie Baker. Teniendo como a una de sus máximas influencia a Smithson.


Una de las fotografías que forma parte de la serie titulada Hands, en la que el autor muestra un ramo de espigas de trigo


Entre la fecunda obra de Andy Goldsworthy que cubre un arco temporal de casi cuarenta años de trabajo, cuyo breve recorrido se podría comenzar por hacer alusión a una de las últimas obras. Titulada Hands, se trata de una serie de fotografías en las que el autor compara el paisaje con uno de los elementos que elementos que forma de ese paisaje concreto y que sostiene en una de sus manos. Siendo un perfecto de lo que simbolicamente representa en términos de discurso su obra. Respondiendo a la pregunta de cuál es la causa por la que un territorio silvestre se ha transformado en un cultivo concreto debido a la intervención del ser humano.


Hecha de piedras apiladas Floodstones Cairn es una instalaccion que es un homenaje a los muchos tomulos cónicos que se construían en irlanda y Escocia teniendo una función sepulcral 

Una preocupación que muestra desde sus inicios y que se observa en buena parte de su obra. En otras esculturas más totemicas sin embargo Andy se orienta por recuperar antiguos y primitivos antecedentes arquitectónicos, como es el caso de sus apilamiento de rocas titulado Floodstones Cairn que se puede visitar en la propiedad de Kentuck Knob. Un sitio peculiar en el que también se puede visitar uno de los más representativos proyectos del arquitecto Frank Lloyd Wright y que se encuentra en las proximidades de la localidad de Fayette County en el estado norteamericano de Pennsylvania  


Durante la década de 1980, las piezas de arte de Andy Goldsworthy utilizaban principalmente nieve y hielo, creando obras como Icy Arch o Arco de hielo (1982), Icy Ball o Bola de hielo (1985), Icy Start o Estrella de hielo (1987). La belleza de estas esculturas de hielo residía en observar los mecanismos por los que los bloques de hielo se acababan por derretir. Dejando constancia de que nada es perdurable, una vez que una pieza ha sido definitivamente alterada por la naturaleza, Goldsworthy posee la entereza de asumir su finitud abandonando el lugar donde ha estado trabajando.


Una sombra de un sujeto producto del agua de lluvia se dibuja sobre el la tierra rodeada de piedras humedas 


Pero es en Rain Shadows o Sombras de lluvia pieza creada en 1984, la que supuso un punto de inflexión en su carrera, marcando el comienzo de la fascinación de Goldsworthy por crear en espacios abiertos recurriendo a los materiales que le asaltaban en el camino. En este caso se trata más que de una obra, de una experiencia. Para la que el autor se interno en el bosque y se tumbo en un claro contemplando como la lluvia tenue se intensificaba. Efecto que provocó una sombra que proyectaba su cuerpo sobre el suelo rodeado de hojarasaca y el cual destacaba entre la tierra mojada.

El árbol cercado de Hanging Tree nos construye un relato que de forma anónima nos describe su historia en clave de biografia

Ya para finalizar mostraros una obra que me entusiasma y que a mi juicio sintetiza el credo sobre el que gira su trabajo. Titulada Hanging Tree de 2007. Estamos ante un altar en el que un ejemplar elegido al azar representa a un objeto de veneracion, transmutandose de lo terrenal a lo divino. Transformando el estatus del paisaje y los elementos que lo hacen posible y las reglas del juego, convirtiendo la quietud de la presencia anónima de un árbol ya caído en un hecho sagrado.


El Land Art de Charlie Baker, entre la función y el paisaje


No es muy habitual que una disciplina artística tan singular y específica como es el Land Art se hibride con otras prácticas creativas. Quizás esta falta de interacción haya que buscarla en que como manifestación expresiva. 


El land art tiene su origen en antecedentes relativamente recientes, no está de más recordar que las primeras ocasiones en las que se emplean el término del Land Art,  con el propósito de asociar y describir obras de esta incipiente disciplina. 


Dentro del universo artístico se datan en las estimaciones más aproximadas y certeras que lo sitúan en la vertiginosa de los años 60s del siglo pasado. Cuando el artista conceptual Robert Smithson se traslado de su lugar de residencia habitual en New York donde hastiado de una trayectoria que no le conducía a ningún sitio. 


Al desierto más concretamente a las extensas y aridas planicies. Localizadas en el oeste de Utah, donde comienza a intervenir en aquel paisaje en principio muy desfavorable para cualquier tipo de práctica artística, más que nada y principalmente por las extremas condiciones del clima.


De aquellos incipientes balbuceos quizás la más conocida posiblemente la intervención que lleva por titulo  Spiral Jetty obra epifaníca y voloptuosa creada en abril de 1970 en el Gran Lago Salado en Utah. Y que como ya he mencionado a la postre y oficialmente se convirtiera en la primera de esta corriente artistica.


Lego principia al que hay que añadir una razón de peso y que está vinculado primero al contexto donde se realizan la práctica totalidad de obras que se circunscriben a este movimiento. Y que se caracterizan por que están ejecutadas en espacios amplios y abiertos.


Adosados a los árboles los enormes nidos cuya presencia realza el paisaje circundante


Donde el paisaje y la naturaleza constituyen en el eje sobre el que se cimenta una modelo creativo,  cuyo criterio es integrarse en su entorno de la forma más casual posible, infligiendo a su vez el mínimo impacto posible. 


Argumentos contundentes el de la exogenidad y principio que se completa con el de origen y cualidades de los materiales, que por defecto se suelen circunscribir abarcando aquellos materiales que se encuentran en el propio medio donde se va a concretar la pieza. 


O hablando con más precisión, más que con las características organicas y nobles, sino con el tratamiento informal y casi siempre mínimo de aquellos elementos que conforman una mayoría de las obras. Las que tanto a nivel estetico como conceptual. 


El artista NewYorkino Charlie Baker explora las fronteras entre el Land Art más militante y sus potencial en diferentes ámbitos de uso como la artesanía, el diseño o la decoración de interiores. 


Presentan un aspecto que se define por su austeridad y economia de medios. Tendencia que sin embargo en los últimos años se ha modificado en lo sustancial observándose una diversidad más amplia nutrida por cada vez más sensibilidades artisticas, que sin renunciar al camino de la ortodoxia. 


Si, sin embargo han conseguido que desde diferentes ámbitos como el de la decoración de interiores o el diseño en general se interesen por incorporar motivos extraídos del Land Art que se incorporan a los más variopintos proyectos donde el paisaje natural sin embargo si es perceptible. 


Uno de estos artistas que está consiguiendo introducir la práctica del Land Art en otros ámbitos, es el artista Charlie Baker, con sede en New York donde nació y crecio. Tras matricularse en literatura española y completar la carrera. 

El interiorismo de una renovada panadería se la transforma en un paisaje con diferentes ambientes


Enseguida se siente atraído por la naturaleza, quizas debido a la nostalgia que experimenta de los veranos de su infancia, los cuales pasaba en compañía de su familia en Shelter Island. Un lugar que pese a la proximidad con la gran manzana ha conseguido conservarse prácticamente intacto y salvaje.


Donde combina su pasión por la naturaleza con los estudios de diseño en paisaje que completa en la New York Botanical Garden. En cuyas aulas adquiere las habilidades que paralelamente aplica posteriormente en  sus proyectos más elaborados. 


Los que se definen su función y proyección artística. Encargos cómo las puertas enramadas realizadas para uno de los accesos del One Hotel en Central Park. Y que a menor escala presenta una correlación con su proyecto debut. 

Un patio interior es sostenido por columnas envueltas en ramas


El cual tuvo por marcó una playa de Uruguay, sobre cuya arena levantó una sucesión de estructuras interconectadas, estos nidos construidos, los cuales fueron construidos a base de reunir y apilar miles de ramas. Estando destinados a diferentes usos relacionados con actividades de ocio y restauración. 


Residuo forestal que recolecta en sus paseos por Shelter Island, y que tras cortarlos a diferentes longitudes emplea para cubrir, diferentes bastidores que presentan una diversidad de funciones. Como las que hizo para recién inauguradas instalaciones de Gassenvort Market en NY. 


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Un encargo por el que transforma una vieja nave en un acogedor espacio multiusos. En su faceta esencialmente artística destacar su participación en la edición de 2017 del Campo Garzón Art Festival. En cuya campo de trabajo creo en colaboración con otros participantes un arco enraizado. Titulada Twig Arch, se trata de una pieza que se convirtió en la entrada de bienvenida al encuentro.

 



Laura Ellen Bacon, la construcción natural como paisaje arquitectónico


Sus esculturas orgánicas a menudo han sido descritas como estructuras por donde fluye la vida, y es que aunque aparentemente las cascadas formadas por miles de ramitas atadas parecen que tienen un principio y un final.

Las obras de la artista inglesa Laura Ellen Bacon de las que ya os mostré una colaboración realizada con el artista Sebastian Coz titulada The Invisible Store of Happiness, en la que como en la mayoría de las obras que forman de una trayectoria que abarca mas de diez años. Se caracteriza por sus grandes dimensiones y monumentalidad.
 
Pero a la vez por poseer la capacidad de crear lugares íntimos que transmiten al espectador cierta sensación de calma contemplativa, y es que la robustez y constancia en cada forma curva es un dialogo que nos acerca a nuestro entorno y a todos los elementos, pero consevando un orden que en rara ocasión se ve alterado.


EL ESPACIO ARQUITECTÓNICO Y SUS POSIBILIDADES PAISAJISTICAS

O perturbado transmitiendo una seguridad tanto estética como conceptual que rara vez se reinventa pese a que las condiciones del espacio donde se exponen (ya sea en el interior de una sala perteneciente a una galería de arte o al jardín situado en la perimetro de un palacio.

Las obras de Ellen adoptan el mismo rol mostrando una escasa resilencia respecto a un medio concreto, provocando un efecto liberarador del mismo entre lo ajeno de la morfología de la obra que se expone. Imprimiendo una secuencia continua que por momentos se propone cambiar la identidad del espacio 


En un ejercicio de profilaxis en el que aplica una estrategia sutil de invasión del espacio por acumulación de material en este caso de origen origen forestal, al que las manos de Ellen trata desde una optica atemporal. Mas allá de realizar una selección de aquellas ramas que por su longitud mejor se adaptan de forma armónica a las características expresivas de la obra, cuyo magnitud en tamaño casi siempre exceden los medidas físicas que ofrecen los espacios que en una mayoría son al aire libre.
 

LA NATURALEZA COMO EJEMPLO ARQUITECTONICO


Donde el aspecto anónimo de las crestas sinuosas de ramas atadas se comportan como un bloque unido, contribuyendo a crear un atmósfera casi surrealista. Por el que un entorno artificial como es el de una sala de exposiciones apenas puede oponer resistencia ante la avalancha de naturaleza que coloniza sus paredes de forma sinuosa pero implacable.


Esta necesidad de conciliar espacio y materia se puede constatar en dos intervenciones que a mi juicio reunen una buena parte de los elementos artísticos que definen su labor artística, realizadas a lo largo del año 2011.


Adscrita al movimiento del Land Art, las intervenciones de Laura Ellen Bacon sin embargo no actúan sobre el paisaje, sino que lo traslada a espacios físicos cerrados o al aire libre donde se adapta a la estructura arquitectónica existente convirtiendola en el foco de atención.


Tanto en Woven Space, instalación donde Ellen explora el rendimiento del espacio y su permeabilidad ante una entidad tan ajena a su constitución como es un nido enorme colgando de la cornisa de un palacete ingles.

Como en la instalación Sudeley Castle realizada para la exposición Materials Worlds organizada por la galería Sotheby, Ellen recurre a la narrativa de la fantasía para ficcionar la naturaleza, es este segundo caso recurre a un cuento popular titulado Rapunzel. Firmado por los hermanos Grimm, para crear una metáfora visual en la que la naturaleza encerrada consigue zafarse de su cautiverio mediante un acto de amor.

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Julie Gonce entre paisajes de cristal


Como gotas agua que se depositan una tras otra hasta que fruto de las bajas temperaturas se congelan adquiriendo las mas caprichosas formas, las esculturas híbridas formadas por las ramas y el cristal fundido a una temperatura que ronda los seiscientos grados.

Del artista Julie Gonce emergen como paisajes de formas transparentes que sin embargo parecen ocultar un misterio o quizás un tesoro, que solo descubrirá aquel que recurriendo a su imaginación.

Se sumerga entre las tonalidades de sus aristas a través de las que se pueden percibir de forma tenue, el reflejo del paso del tiempo de una naturaleza que transmite paz y belleza, y cuyo sonido cristalino rebota desde el fondo como un eco que viene del pasado.


UN BOSQUE DE CRISTAL DENTRO DE UNA CONCHA

Mostrándote una época en la que la naturaleza dominaba un paisaje en perfecto equilibrio encontrándose en todo su esplendor. Aunque Julie domina la amplia variedad de técnicas que existen para trabajar con el vidrio, en su estudio utiliza principalmente la de fusión o soplado, aunque en ocasiones también aplica las de grabado.

Con las que esculpe una variedad de motivos todos relacionados con el reino animal su otra gran pasión, que ha cultivado desde que era joven. Combinandola con la actividad artística que siempre estuvo presente en su casa, suponiendo un acicate para que al final se decantara por sus estudios de bellas artes.

Los que finalizo cuando el Siglo XX daba sus ultimos coletazos y las nuevas corrientes artísticas emergentes como la protagonizada por el Land Art se hacia un hueco, como la expresión estética de los movimientos y organizaciones ecologistas tan en boga por aquella época.  

Y donde los reiterativos avisos acerca del deterioro de los diferentes ecosistemas que forman el planeta, pasan de ser un rumor apoyado en estudios y estadísticas de dudoso criterio a convertirse en un clamor y por lo tanto en una de las principales preocupaciones sociales, algo que también se refleja a través de la esfera artística.


UN MUNDO DENTRO DE OTRO MUNDO

Preocupación por su entorno que comparte Julie metabolizandola a través de paisajes anidados, donde los colores turquesas del mar se fusionan con una fiesta de tonalidades entre las que destacan, los verdes, los amarillos y los rojos.

Con los que crea composiciones donde la precision en la realización de cada detalle, en composiciones esculturicas en las que puede llegar ha emplear hasta un mes de tiempo, trabajo concienzudo que revela pliegues y matices que en un primer vistazo desapercibidos.

Aunque puede emplear todo tipo de vidrios Julie se decanta por vidrio borosilicatado por contar con propiedades como su durabilidad y su resistencia calórica y química. Debido a que se trata de un material que presenta el vidrio un coeficiente de dilatación de aproximadamente un tercio del vidrio común.

Lo que le confiere esta propiedad de resistencia y flexibilidad que otros vidrios al choque térmico no le garantizan, aunque también puede rajarse o quebrarse al someterse a variaciones rápidas de temperatura, Julie cuenta con una dilatada experiencia en su manejo lo que le permite trabajarlo con habilidad para conseguir modelar la forma deseada.

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Las esculturas de cristal y materia orgánica de Julie Gonce exploran los caminos y conexiones entre el diseño, el arte y la naturaleza a traves de una danza de colores y formas.