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Mart, murales en Bicicleta con sabor Porteño


El artista urbano Mart con sede en Buenos Aires. Representa a través de trazados naif y paisajes donde combina fragmentos rurales extraidos de su experiencia vital y memoria con su pasión por el uso de la bicicleta.

Artista autodidacta, su carrera como grafitero comienza en plena pubertad realizando intervenciones esporádicas caracterizadas por su inmediatez y bisoñez. Es coinciendo con el cambio de siglo cuando perfecciona su estilo caracterizado por colores suaves y el arte figurativo.

Que caricaturiza dibujando personajes que transmiten un aire despreocupado a los que añade elementos orinicos con los que proyecta una imagen simpática y próxima. Percepción estética con la que cualquiera en un momento dado se puede identificar y construir un relato propio.


En el que la memoria es detonada por unas composiciones murales que se caracterizan por transmitir la sensación, efecto que te puede trasladar inmediatamente a algún pasaje de tu pasado mas o menos proximo en el tiempo. Y que de alguna se revela debido a lo que esta sucediendo frente a ti.


Aunque su trabajo es conocido por sus murales en exteriores, cuenta con una numerosa obra en la que emplea diferentes soportes y técnicas expresivas. A través de los que ha logrado desarrolla un ritmo fluido y una estética informal y accesible.


Mart Aire nació en 1986 en Buenos Aires. Muralista y artista plástico autodidacta, comenzó su carrera en los noventa pintando graffitis en la calle. En 2007 da un giro radical y comienza a realizar murales pictóricos. El dominio del color es una marca significativa en su trabajo. La paleta de colores que lo caracteriza es el resultado de la influencia de la estética de los barrios rioplatenses y el arte latinoamericano. Tiene tres libros publicados: Mart Paseo, Into the air colouring book y Plantas e interiores. La primera vez que pinto una bicicleta fue en la exposición en el CCEBA. Centro Cultural de España en Buenos Aires, en abril de 2010).


Museo del Bicentenario Buenos Aires conmemora los 200 años de su independencia



Los aniversarios independientemente de su naturaleza siempre son motivo de celebración, si la razón es la independencia de una nación los fastos que organiza el estado se multiplican y en ocasiones se magnifican. En el caso de un gran país como Argentina que el año 2.010, conmemoraba los dos siglos de emancipacion del colonianismo Español. 

Han elegido una de las mejores formas posibles de evocar tan relevantes acontecimientos, que con el proyecto de la construcción de un museo. Donde se documenta y exhibe la historia de la Argentina, en estos dos siglos transcurridos desde la independencia.


En el caso del Museo del Bicentenario, los 54.000 metros cuadrados objeto de la intervención, por su emplazamiento y simbolismo histórico. Ocupan la antiguas instalaciones del fuerte colonial que posteriormente bajo la denominacion de la Aduana de Taylor, desempeño funciones aduaneras, siendo el primer lugar que pisaban los inmigrantes que realizaban la travesía del Atlántico desde los puertos Europeos.


Construido en el subsuelo, y en superficie adyacente al conjunto museistico, se ubica en un emplazamiento priveligiado junto a la Casa Rosada sede actual de la presidencia de la Republica Argentina, completando un eje en el que podemos encontrar la Plaza de Mayo.
 


Su diseño combina la historia y la innovación tecnologíca a través de la que se ofrece una muestra, donde la divulgación se realiza aplicando un enfoque principalmente ludico. No ha sido proyectado por un estudio de arquitectura de renombre, sino que su ejecución ha sido desarrollada por un grupo de ingenieros, arquitectos, y especialistas en restauración perteneciente al Minesterio de Planificación Federal e Inversión Pública.


Muchos de los elementos tradicionales, como la antiguas vigas de madera que salen de las paredes de piedra de color rosa recuerda a los visitantes y el personal del museo la importancia de conservar la memoria a través de la reutilizacion de elementos ya existentes. Un de los aspectos importantes era conseguir que la iluminacion que cubre la practica totalidad de las dependencias, no resultara excesivamente artificial, se opto por lo tanto por practicar aberturas en el exterior con las que se ilumina longitudinamente la nave central, complementando con soluciones LED el resto de las salas.


Tan pronto como se entra en el edificio, descendiendo las escaleras a los niveles inferiores, de inmediato un patio se abre para dar a conocer las ruinas de ladrillo rojo que se mezcla con el arte argentino contemporáneo. Lo más destacado de la colección, se encuentra protegida dentro de un cubo de cristal. 

Tratándose de una enorme pintura mural titulada Ejército Plastico, encargada al emblemático por artista mexicano David Alfaro Sequeiros. Al final de la zona del patio nos recibe el café del museo, con cuadros que aprovechan al máximo la luz natural que entra desde el techo de cristal, completándose con un bar singular que sirve bebidas en el interior de un túnel.


Excavado a diez metros de profundidad el Museo del Bicentenario abrió sus puertas hace poco mas un mes. Ofreciendo a los visitantes una visión completa que les permite realizar sus propias investigaciones mediante la lectura de la historia, a través de pantallas y táctiles y grabación narradas en audio ubicadas al lado de los objetos en exhibición. 

Las antiguas murallas, fotografías y pinturas que pertenecientes a diferentes épocas se exhiben en un ala especifica de este magnífico espacio de documentación y memoria.