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JONK, fotografia la belleza después de nuestra desaparición en el planeta Tierra


Segun el propio autor si tuviera que elegir tres términos que le difinieran serían: Aventurero, viajero y solitario, a los que yo añadiria el adjetivo compuesto de poeta visual. Y no es que por que se dedique a rastrear como un arquelogo contemporaneo, aquellas ruinas o edificios abandonados que tras completar su ciclo "vital".


Son finalmente engullidos por el entorno natural, restableciendo de alguna forma y en mayor o menor medida el paisaje que tuvo que ser aniquilado en principio para que en su lugar anidarán todo tipo de narrativas arquitectonicas. Re-equlibrando el orden natural de los elementos que conforman un determinado ecosistema, cumpliendo (como no podía ser de otra manera con lo que nos dice el espíritu de la primera ley de la termodinamica.)

Que la energía ni se pierde, ni se crea; sino que se transforma. Sino porque el fotográfo francés que responde al seudónimo de JONK, adopta una actitud que se podría definir de casi activista con los lugares que fotografia, en los que no se limita a realizar un retrato superficial y aséptico (algo más que habitual en este tipo de trabajos) sino que trata de capturar desde una perspectiva que se podría calificar de epica. En la que el relato en imágenes que construye refleja una conquista por parte de la vegetacion.

Naturaleza que tras ser haber relegada a un papel secundario o directamente aniquilada, por un determinado período de tiempo. Vuelve a repoblar adaptándose a un entorno ajeno para acabar cubriendo todo tipo de elementos artificiales. En un primer momento compartiendo con el espacio modificado artificialmente, para a continuación y de forma inexorable oxidar esos elementos y de forma  gradual y orgánica, en un proceso guiado por el inevitable paso del tiempo.

Convertirlo en un sustrato más de su composicion, de su expresión simétrica y estructural. Emociones que se plasman en imágenes donde la retórica visual lejos de tratar de transmitir una imagen presidida por la desolación y el estado de decrepitud que presentan todas y cada una de las localizaciones que ha fotografiado a lo largo de más de diez años trayectoria.


Se solidariza de forma militante con el entorno que congela a través de su objetivo, creando un manifiesto donde la imagen sustituye a la palabra redactando un alegato sin fisuras a favor de todos y cada uno de los seres vivos que retornan a los lugares de los que una vez fueron expulsados. Sin tomar en consideración ningún tipo de medida que posibilitará algún tipo de convivencia.

El avance inexorable de la vegetación en la Greenhouse en Bélgica ha transformado su espacio sin alterar su belleza 

Con sede desde hace algún tiempo en Paris, JONK descubre su vocación por la fotografía a la temprana de 11 años cuando participa en un programa de intercambio, lo que permite saltar de continente viajando a los Estados Unidos en repetidas ocasiones. Hasta que después de unos años tiene la oportunidad de residir en Europa de nuevo asentándose en la ciudad española de Barcelona. Estancia que provoca que a la vuelta a París decida dedicarse profesionalmente al mundo de la fotografia.

Iniciando una meritoria carrera trabajando para las cabeceras de una diversidad de publicaciones. Encargos que le sostienen economicamente, pero que no le satisfacen en el plano profesional, por lo que vuelve a las calles. Pero en esta ocasión en vez de usar un spray para intervenir en el espacio público realizando grafittis como en su adolescencia, se dedica a documentarse sobre todo tipo de emplazamientos donde se traslada.

Para ser testigo y dejar constancia de como la sabiduría del reino natural se apropia no sólo de edificios, sino de monumentos, equipamientos culturales y deportivos, balnearios, fortificaciones, hoteles o sitios tan miticos como la central nuclear de Chernobil. Destinos que simbolizan algo más que hechos puntuales e inconexos protagonizados por edificios que tras dejar de ser utiles, pasan a engrosar la lista de puntos que reúnen una afinidad común, la del abandono.

Los trabajos de JONK son expediciones que buscan recrear atmósferas donde la solidez y fortaleza de la naturaleza se impone sobre la soberbia del ser humano.


Sino que para el autor forman parte de un proceso lógico y coherente donde la inspiración poética juega un papel que cataliza y da sentido a cada una de las instantáneas que registra. En su poema Eternity of Nature, brevedad of Man, Alphonse de Lamartine escribe: "¡Triunfo, naturaleza inmortal! / Cuya mano llena de días / Presta fuerzas ilimitadas / ¡Tiempos que siempre se levantan de nuevo!". Metáfora lírica que representa el mecanismo que hace detonar JONK para por ejemplo que capture el momento en el que la naturaleza reclama una estatua en el parque de un castillo francés. O para que a continuacion asalte la fachada de una villa italiana, antes de infiltrarse en el interior de un castillo croata o un invernadero belga. 


O arriesgar sus pellejo y ser testigo de cómo la maleza crece hasta cubrir un atrio de un palacio polaco, o una estación de tren húngara o el escenario de un teatro cubano, o antes ver cómo invade un castillo montenegrino (entre otros muchos ejemplos que podéis ver si visitáis su pagina). Para a continuación y tras una pausa, con más tiempo trasladarse al otro lado del mundo, para fotografíar como las dianas encarcela una mansión taiwanesa con sus fuertes raíces. Describiendo visualmente las fases finales, que se precipitan tras el colapso del edificio al que le sucede su entierro. Completando un ciclo donde se produce finalmente una restauración por la que la naturaleza recupera lo suyo.

        
Trazando los pliegos de un relato donde la esperanza asoma a través de unas ruinas que más que descomponerse son devoradas por todo tipo de vegetacion, como en la serie titulada Naturalia: Una crónica (de la que ha editado dos volúmenes), donde JONK se dedica a registrar en imágenes las ruinas de edificios contemporáneos. Construcciones que en términos relativos se podrian catalogar como recientes y que por lo tanto tendrían que estar en uso.

Piscina en Italia, donde antes había agua ahora crece el verde inundando lo todo


Un interesante trabajo a partir del que se suscitan un abanico de interrogantes entre las que destacan, las que obedecen las que se cuestionan por cual es la posición del ser humano en el orden natural del planeta que le alberga y su relación con la naturaleza. Y si es consciente que su posición supuestamente superior está poniendo en peligro la viabilidad de la especie humana sobre el planeta tierra. 


Siendo un debate al que vuelve de manera recurrente y que lejos de ser derrotista, pretende ser elecuente poniendo las cartas boca arriba sobre la mesa, en un momento álgido en el que es primordial adoptar medidas coherentes dirigidas a preservar el patrimonio natural del planeta tierra. Sin el cual nuestra no podrá seguir evolucionando, por mucho que nuestro dominio sobre la naturaleza sea absoluto.


Influenciado por el Arte Urbano, el cual práctico durante su estancia en Barcelona, JONK lo utiliza para enriquecer un discurso fotográfico en el que muestra su compromiso con el medio natural y la ecologia.


En 2018 presenta Urban Jungle un collage en el que emplea imágenes de su serie Naturalia: Crónica de las ruinas contemporáneas a través de la reflexiona sobre la fortaleza de la naturaleza y de su increíble capacidad para adaptarse y regenerarse. Fundamentos que afirma que son muestra de su superioridad más allá de cualquier argumento moral. Con este enfoque Jonk agrega animales salvajes que corta y pega en el lienzo. Buscando ir más allá, también agrega pintura en los bordes del lienzo, y en algunos elementos internos.




Pero quizás donde se percibe este enfoque neorealista influenciado por su admirado Paolo Sorrentino y su film La Gran Belleza de 2013, es en el conjunto de series que agrupa bajo el título de Others Worlds. Donde el espacio público se muestra aplicando una óptica donde se impone cierta nostalgia, a pesar de que los lugares retratados no se encuentran oficialmente abandonados, si transmiten su paulatina condición de aislamiento tanto cronológica como geografica.


Las 49 alturas de la Torre Sathorn, el edifico fantasma del Skyline de Bangkok tras 20 años abandonado



Bangkok pasa actualmente por ser una de las ciudades más cosmopolitas que puedas visitar en el Sureste asiatiaco, donde la mayoría de los viajeros y sobre todo los mochileros en algún momento de su peregrinar de camino alguno de los países limitrofes con Tailandia.


Realizan una breve escala atraídos por sus numerosos atractivos turísticos y sobre todo por su oferta nocturna y gastronomía callejera. Por lo que nadie diría que a pesar de ser una de las megaurbes de la zona que presenta una de uno de los censos poblacionales más elevados y densos dentro de su radio de influencia compuesto por una cifra que alcanza los dos digitos fue fundada hace escasamente cuatro siglos. 

Aunque habría que precisar que no recibe su actual nombre hasta bien entrado el siglo XIX, cuando todavía era apenas una aldea de pescaderos a orillas del río Chao Phraya. Una estampa muy alejada de la que presenta actualmente, postal en la que destaca un skyline dominado por el trazado de una sucesión de rascacielos que parece no tener fin, decenas y decenas de edificios que parece.

Que forman parte de una competición en la que el ganador sea aquel que alcance no solamente la mayor altura posible, sino el más lujoso y lustroso de entre todos ellos. Por lo que casi con toda seguridad si el concurso fuera oficial casi que se declararia desierto, no por falta de candidatos, sino porque sería casi imposible elegir sólo uno como el que reúne las mejores cualidades y fundamentos.

Lo que sí estaría a nuestro alcance sería determinar cuáles de entre estos colosos serían los más valorados y del gusto de los millones de personas que acuden a diario inundando sus calles y avenidas. Seleccion que de existir sin duda tendría entre su constelación algunos de los que se levantan cientos de metros ocupando decenas de miles de metros cuadrados dentro de lo que se condidera uno de los distritos financieros más activos de su área  de influencia.

Algo que no dejaría de ser coherente en este tipo de clasificaciones, aunque como en todo hay excepciónes en esta hipotética clasificación por ejemplo destacaría un edificio a medio construir, digamos que un candidato, un aspirante que se quedó en la estructura de hormigón semi-desnuda. 

Pero que sin embargo ha logrado destacar, hecho "altamente" inusual que entre estos aspirantes pudiéramos encontrarnos un mastodonte fantasmal de nada menos que 49 alturas. Una estructura de acero prácticamente finalizada, pero que de repente se paralizaron sus últimos retoques, hecho inesperado que se produjo a finales de la década de los 90ˋs del siglo pasado.

Vista desde el interior del edificio, tan desoladora como poetica

Cuando el conjunto del país colapso económicamente tras estar instalado en una ola donde la bonanza y la prosperidad económica parecía que no era sólo una utopía o un espejismo. Sino una realidad que había llegado para quedarse pudiendose multiplicar las ganancias y los beneficios hasta el infinito mas y más allá, proponiendose cada vez más proyectos que se distinguian por presentar presupuestos de ejecución casi astronomicos.

Por lo que cuando finalmente estalló la burbuja condicionada por una devaluacion monetaria sin precedentes, algunos de las obras en ejecución se vieron afectadas. Entre éstas destaca sobremanera el edificio Sathorn Unique en el distrito de Yan Nawa que a pesar de haber iniciado la cuenta atrás para su inauguración por todo lo alto, fue prácticamente abandonado de forma prematura y sin conocer muy bien a día de hoy la causa real de su clausura.

Razón que tras más dos décadas desde que fue oficialmente cerrado todavía no ha logrado ser esclarecida del todo, pues el hijo del arquitecto. Siendo considerado el legítimo dueño del inmueble no ha recibido una oferta según sus declaraciones que satisfaga los poco más de 68 millones de dólares en que ha valorado esta propiedad, que aunque en teoría tendría que estar clausurada y vedada al publico.

En la actualidad la fachada de la torre Sathorn está cubierta parcialmente con una enorme pancarta de Coca Cola de la crisis financiera asiática de 1997 en Bangkok por lo que ha recibido el sobrenombre de Torre Fantasma. 


Restricción que sin embargo no ha supuesto impedimento alguno para que se haya convertído en un destino al que se dirigen, no solamente hordas de exploradores de urbex, los cuales retratan una y otra vez alguna de las centenares de habitaciones, realizando miles de fotografías y videos a través de los que han capturado hasta el mas mínimo detalle. Trabajos que rozan casi lo pornografico siendo la cubierta sin duda la azotea la estrella. 


Un mirador priveligiado desde el que contemplar la ciudad. Siendo el lugar, donde cada día cuando cae el atardecer se reúnen decenas de jóvenes en una especie de comunión para contemplar según ellos una de las mejores puestas de Sol que se pueda observar en la  ciudad. Razon por la que el grado de deterioro de las instalaciones y equipamientos en su interior tras más dos décadas en desuso se ha acelerado en algunas zonas de forma muy acusada.


Situación que ha provocado un creciente malestar entre los miembros del vecindario, los que amparándose en los que según ellos, los muchos episodios fortuitos o no tantos, que han supuesto un incremento en la inseguridad que se observa en los alrededores. De un edificio que a pesar de haber sido precintado de forma regular a lo largo de todos estos años, sigue siendo invadido y habitado por colectivos de personas en peligro de exclusión social.

Estado que presenta una de las principales terrazas del edificio

Presencia continuada que ha provocado paralelamente toda una literatura compuesta por todo tipo de rumorologias e historias que discurren entre mitologías y hechos constatados por llamadas a la policía a horas intempestivas denunciando algún incidente o simplemente dando el aviso sobre que se están oyendo voces y golpes de cristales rotos producidos por los borrachos que revolotean en su interior.


Una de las medidas que ha adoptado el hijo del dueño de la torre que fue diseñada y desarrollada por una de las principales firmas de arquitectura de Tailandia, Rangsan And Pansit Architecture Co Ltd, ante la imposibilidad de deshacerse del inmueble es cobrar una entrada destinada a los turistas más interpridos que atraídos por las supuestas apariciones de espectros y fantasmas. Pertenecientes a alguno de las decenas de trabajadores que no recibieron sus ingresos debido a los muchos meses que trabajaron sin poder recibir pagar alguna.


El Sathorn Unique puede ser el más notorio, pero es solo uno de los cientos de edificios abandonados en todo Bangkok. Parecen simbolizar un círculo vicioso siempre existente de auge y caída de un modelo constructivo en la especulación y el dinero barato.


Dinero recaudado con el que trata de completar el resto de la construcción de un edificio que cuando cesaron las obras se encontraba al ochenta por ciento. Habiendo zonas como la área comercial que se encontraban practicamente a un paso de ser inaguradas. De un edificio que parece flotar entre gigantes con sus ciento setenta y cinco metros de altura y 600 apartamentos de alto standing.




Muchos de los cuales ya presentan graves desperfectos evidentes que afectan a la viabilidad de un proyecto que se había eregido como un símbolo de una ciudad en plena expansión y de lo peor de un modelo constructivo, basado en la especulación en activos inmobiliarios y de un urbanismo donde lo que menos importa, es contemplar y planificar espacios de convivencia. Quedando su presencia de ejemplo de un enfoque que no debería repetirse en el futuro, al menos en la misma magnitud.

Curiosamente, las construcciones más nuevas en el área se han "inspirado" arquitectónicamente en el diseño original del Sathorn Unique. Elementos como la gran entrada, con sus imponentes columnas corintias de alto piso, y la cúpula semicircular de la azotea han sido copiados e integrados en otros edificios más recientes de la zona. Es como si la presencia del edificio se valorara y diera identidad a esta zona de la ciudad, mientras que su patrimonio estructural languidece rodeado por decenas de grúas, que como sombras intimidates lo disuelven entre un marasmo de nuevos aspirantes a cual mas desafiante en altura. Siendo testigo de su propia decadencia y un ejemplo perfecto de cómo se inicia y lleva a cabo el desarrollo urbano en Bangkok.



SS Ayrfield, the ship-turned-forest abandoned in Sidney Harbour

 

Sidney in Australia is bounded by a series of bays located at different points of the mouth of the Parramatta River, from which the city has developed urbanistically. The last one was known as Homebush Bay


A large-scale urban development located west of Sidney and whose area was the subject of a plan that coincided with the celebration of the Olympic Games. And that served to recover the section of the waterway that presented high levels of contamination, due to uncontrolled spills resulting from industrial activity and deposits of rust generated by the corrosion of dozens of ships deposited on its banks resulted in the prohibition of all fishing activity.


Although practically all the ships were removed, there are still some relics of the past, which testify that for almost half a century this area was the destination where numerous boats and ships from the most diverse activities, commercial, fishing, military... were abandoned.

THE SS AYRFIELD IS ONE OF THE FAVORITE CHALLENGES FOR URBEX LOVERS.

 

The best known is undoubtedly the SS Ayrfield, one of the many ships retired from service and whose peculiarity consists in the fact that due to the passage of time, apart from the deterioration of its oxidized hull, its deck has been replaced by a new one. Its deck has been replaced by a floating forest dominated by a variety of arboreal species.


Parasitacion of vegetation that has become the ideal place for nesting, a variety of birds although it should be noted that the most abundant are the gulls and cormorants. Especially in the breeding season they come to the area because they consider it a safe place, as it is protected from their natural predators.


Anchored a few meters from the shore, the spectral silhouette of such a unique boat has received the name of The Floating Forest. It modifies the landscape of the area by redrawing its profile, having become an ecosystem populated by numerous species, composed of insects and small amphibians as well as different plant species, confusing its presence with that of a nearby islet. 


READ IT IN SPANISH:  SS Ayrfield, el barco convertido en bosque abandonado en la bahía de Sidney  


Built and launched in 1911 in the United Kingdom, from where she departed on a long voyage to Sidney. The SS Ayrfield began its trajectory as a steamship destined to cover different routes transporting travelers and provisions, between the towns that decades later would be added as districts of an emerging metropolis.


It served as a gateway for hundreds of thousands of settlers, who arrived on its unpopulated shores, with the expectation and hope of offering a future that they could leave as an inheritance to successive generations of citizens. Whose presence and work have been decisive for this vast expanse of territory known as Australia, has become what we know today, one of the most advanced and developed countries in the world.


As early as the 1940s, the military authorities considered her spacious holds to be ideal for transporting supplies to meet the supply needs of the army infantry units serving in the Pacific region during the Second World War. 


After the war, the ship went on to serve as a coal carrier between Newcastle and Miller's terminal in Blackwattle Bay. Finally, in 1972, she was decommissioned and sent to the Homebush Bay maritime graveyard, where she was partially scrapped. 


Since then she has lain on a slightly overturned sandbank attracting the attention of more and more curious onlookers attracted by the display of lush vegetation that has turned her into a postcard, having been photographed thousands of times. 



Pripyat la ciudad después del desastre nuclear de Chernobil

 


Si hay un lugar en el imaginario de cualquier practicante de urbex, ya sea aquel que atesora cierta experiencia o por el contrario sea alguien que está comenzando a aventurarse en la exploración urbana de lugares abandonados. Son los restos de la ciudad perimetrada de Pripyat, una ciudad que languidece dentro de la zona de exclusión de Chernobil.


Devorada por la maleza tras más de treinta y cinco años desde el que un aciago 26 de abril de 1986, se activarán todas las alarmas en la central nuclear que hoy en día protegida por la vasija más grande del mundo, permanece inmóvil, congelada en un inquietante letargo casi eterno. Debido a que en uno de sus reactores de fisión nuclear se colapso, comenzando a emitir cantidades de radiación hasta entonces desconocidas por la humanidad. 


Lo que provocó que las autoridades adoptarán como primera medida evacuar a la totalidad de los 40000 habitantes con los que en aquel entonces contaba en aquel momento. Una medida que buscaba priorizar la protección de una población que desconcertada por la escasa información que había recibido en relación a unos acontecimientos sobre los que se les ocultaron de forma deliberada todo detalle. Obedecía de forma dócil y apresurada dejando atrás prácticamente todas sus pertenencias y enseres. 


Restos de un proyecto de urbanización colosal, por lo que la antigua Unión Sovietica había desarrollado y acelerado las obras de construcción desde cero. De lo que hasta ese momento se podía considerar la urbanicion ex-frofeso del núcleo poblado más grande del mundo, si exceptuamos la ciudad de Brasilia, que desde su finalization se convirtió en la capital de Brasil, siendo concebida por el arquitecto Oscar Niemayer


Un proyecto que desde que de forma apresurada pero metódica fuera abandonado ha cedido prácticamente a los rigores del paso del tiempo prácticamente convirtiendose en una ciudad fantasmal y por momentos tetrica. Cuyas cicatrices se observan nada más acercarse a sus inmediaciones. Ya sea andando por cuenta propia y riesgo tras recorrer los 18 kilómetros que la separa de la ciudad de Chernobil. 

Interior decrépito de uno los hospitales que atendía a la poblacion


Trayecto paralelo a las riberas del rio Pripyat, qué implica invertir  alrededor de hora en una plácida caminata. Opción que no suele ser muy recomendable, pues en todo el perimetro que rodea el término municipal en un radio de treinta kilometros a la redonda desde la zona cero. Las fuerzas de seguridad ucranianas han establecido un fuerte dispositivo de seguridad y video vigilancia. 


Por lo que al igual que casi las 70000 personas que se estiman que se adentran cada año en las diferentes áreas restringuidas que forman parte tanto de la ciudad como de su entorno más proximo. Antes contrataron alguno de los denominados comandos furtivos, que operan principalmente desde Kiev


Y que por una módica cantidad te garantizan una visita segura a algunos de los muchos puntos de interés, además de proveerte de un contador geyger con el que podrás evaluar los diferentes niveles de particulas radiactivas que emiten en diferentes areas. Lugares que pese a la persistencia del tiempo y los estragos que ha producido en el conjunto del mobiliario de esta ciudad todavía se pueden visitar salvo excepciones. Deterioro que se aprecia a un más en los días plomizos, cuando las temperaturas descienden de forma drastica debido a los vientos gélidos provenientes de noreste siberiano. 


Cuya fuerza azota a la cada vez más numerosa vegetación que en muchos casos ha conseguido no solo camuflar sino engullir literalmente muchos de los edificios de esta singular ciudad. Algo que llama poderosamente la atención. Pues los altos índices de radiación que observaron los científicos en las semanas inmediatamente posteriores a la fuga.


Las ruinas relativamente recientes de la ciudad de Pripyat evocan a la vez que desafían a los instintos más primitivos sumergiendote en la exploración de un lugar donde los espectros inertes nos susurran un pasado que no se debería repetir. 



Afectaron principalmente tanto a la fauna como a los densos bosques que se encuentran en el entorno próximo a lo que hoy es el sarcófago, experimentando un descenso drástico en su población. A los que sobrevieron se les acabo aplicando el apelativo del Bosque Rojo. Tonalidad que finalmente se ha convertido en el fenotipo dominante en la zona. 


Y que se puede apreciar con más contundencia cuando declina el día y el sol se dibuja en el horizonte. Fenómeno que en menor número se aprecia en la vegetación que devora todo tipo de edificaciones, aunque se suelen endocitar aquellos que por su aislamiento presentan unas parcelas cuyas extensiones de terreno son mayores.


Cómo en la que encuentra el Hotel Polissya,  uno de los edificios más altos de Pripyat, que casi se puede divisar desde casi cualquier de una ciudad, que se empezó a construir en 1970 y que esperaba alcanzar los 80000 habitantes en su máximo apogeo. Lo que la convertiría en la segunda localidad más poblada de Ucrania, superando incluso a Sebastopol. Siendo uno de los símbolos del desastre nuclear. Fue construido en 1975 para alojar principalmente a los operarios especializados que trabajaba de forma temporal en la central. 

Treinta y cinco años después de la tragedia el hotel Polissya presenta una estampa fantasmal

O el cine Prometheus de Pripyat que era uno de los lugares más populares de la ciudad para reunirse y tener una tarde de ocio viendo películas o disfrutando de su cafetería interior. Aunque la programación estaba compuesta por un catálogo de películas seleccionadas tras haber pasado la rigurosa censura soviética. De sus instalaciones cinematográficas, apenas queda algunos restos del mobiliario como son algunas filas desdentadas de butacas del aforo, o la pantalla de exhibición que raida por la mitad parece que va ha desplomarse en cualquier momento. 


Según avanzas hacia el centro de esta ciudad también conocida como la ciudad de las rosas, seudónimo con la que se bautizo porque a todos y cada un los vecinos que se añadían a su censo. Se les entregaba como presente de bienvenida un rosal, al cual se le asignaba un lugar de cultivo en unos de los cientos de jardines que había por todo el área metropolitana. 


En las escasas butacas de lo que en principio se iba a llamar el cine Uranio se dice que se ha visto algunos de los espíritus de la alta jerarquía sovietica

Zonas y espacios verdes que fueron los primeros en desaparecer fruto de las sucesivas oleadas de radiación, que transformaron de forma radical de la noche a la mañana. Y que por mucho que te empeñes apenas puede imaginar. Aún llegando a las inmediaciones de amplias avenidas como la de los Entusiastas y la calle de la Amistad de los Pueblos.



Donde de manera infructuosa, como otros cientos quizas miles de visitantes que te precedieron a ti. buscas un letrero con el eslogan «átomo pacífico» (en ruso: мирный атом, mirny átom). Un nudo georgiano de difícil interpretación a la par que sugestivo, y que en todo caso indica las profundas connotaciones sociales y políticas a partir de las que se expandió una ciudad. 


Que fue idealizada por las élites soviéticas proyectandola como ejemplo urbanístico y social, de lo que en un futuro debían ser los principales argumentos políticos y arquitectónicos que proyectará la Unión Sovietica. Que se tendrían que contemplar a la hora de crear uno de los muchos asentamientos que estaban planeados realizar en décadas venideras. 


A día de hoy existen diferentes proyectos que planean la utilización del suelo en esa zona de Chernobyl para generar energía mediante paneles solares, toda una paradoja histórica. 


Sitios más llamativos donde estilos como el Brutalismo compartirían su protagonismo incorporando referencias más occidentales de las que sus arquitectos no se podían abstraer. Detalles sutiles de los que apenas queda algún vestigio. Pero que podrás imaginar si te has documentado antes de visita por ejemplo el Centro Cultural Energetik. Se trataba de un pabellón multiusos que contaba con un edificio de administración adyacente. Donde se intentó dinamizar el espacio a través de grandes ventanales. 


O el café Prípiat (que se encontraba cerca del río), único y en el centro de la ciudad, cerca del Bulevar Lenin. Se trataba de lugares altamente frecuentados en un enclave que había sido planificado como lo que se conoció posteriormente como una ciudad dormitorio. Donde las distracciones y los momentos de ocio y el tiempo libre se circunscriben actividades realizadas principalmente en el exterior.

Cristalera interior del bar de Pripyat, una mezcla de Art Nouveau y arte sacro

Percepción de los usos del tiempo libre que pudo variar sustancialmente si poco días antes de su cuando el 26 de abril estalló el reactor 4 de la Central nuclear de Chernóbil. Pues la inauguración oficial del parque de atracciones estaba programada para el uno de mayo de 1986, coincidiendo de esta forma con el Día del Trabajador, fiesta nacional en la entonces Unión Soviética.


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Parque cuyas atracciones han sido colonizada por numerosas aves y algunas manadas de lobos que merodean por los alrededores. La imponente noria que se levanta como testigo mudo, de lo que iba a ser el resurgimiento del sovietico. Y que proyecta su larga sombra por otro de los equipamientos emblematicos con los que contaba sus ciudadanos, siendo utilizada principalmente los fines de semana. 


Se trataba de la piscina cubierta Azur, quizás el principal lugar de reunión, sobre todo en los meses a lo largo que transcurría el frío y crudo invierno. Construida dentro del programa marcó de actuaciones iniciado en 1970. Estamos ante uno de los pocos edificios que mantuvo su actividad después de la catástrofe nuclear. Estando en fncionamiento hasta 1998, Doce años después del accidente. Durante aquel tiempo, las instalaciones de la piscina fueron utilizadas por los bautizados como liquidadores. A pesar de los altos niveles de radiación del área, la piscina está considerada uno de los puntos más limpios de la ciudad,​ sin embargo, tanto esta como la cancha de baloncesto adyacente está en un avanzado estado de deterioro.


Si nos alejamos un poco la ciudad nos toparemos con la majestuosidad del Radar Guda, un casi intimidante muro de acero que alcanza los 700 metros de largo y una altura máxima de cien metros cuya contemplación en toda su extensión puede provocar vertigo. Y que debido a la enorme financiación que habría que invertir en su desmontaje. Se mantiene en pie, aunque ya hay alguna sección que por efecto de estar muy expuesta a los rigores del clima se ha desprendido. Por lo se recomienda a los incautos que no escale hasta su cima, la que por otra parte ofrece una panorámica excepcional del todo el área que abarca la ciudad hasta divisar la glaciar figura del sarcófago sobre cuya superficie plateada despuntan los rayos del sol.


La ciudad fantasma de Ordos y su mitologia post-moderna


Quizas por que esta levantada a la sombra del rio Amarillo a escasos kilómetros de la frontera sur de Mongolia, la ciudad de china de Ordos (que en el dialecto local se traduce algo así como palacios) fue un lugar de paso para las numerosas tribus nómadas.


Que durante siglos desplegaron sus yurtas sobre un territorio que hoy en día esta cruzado por decenas de carreteras (buena parte de ellas en desuso), con destino a la que se ha bautizado como la "ciudad fantasma", apelativo que aunque en la actualidad no obedece a una situación real.

Pues si concedemos algún crédito a los datos ofrecidos por las autoridades chinas los cerca de 150.000 de habitantes que residen en los poco mas de ochenta y cinco kilómetros cuadrados de superficie, supondrían algo mas de un tercio del censo con el que en teoría debería contar los diferentes distritos de la ciudad.

Y es que ya sea por un error en el calculo en la planificación, o porque en China cualquier proyecto que emprenden lo hacen a lo grande, o es que cuando abordaron su construcción lo hicieron aplicando un singular criterio del sentido común, haciendolo a largo plazo.


A pesar de que van a permanecer vacios durante largo tiempo la ciudad se sigue extendiendo

Sea como fuere esta ciudad cuyo trazado urbanístico se caracteriza por una sucesión de manzanas formadas por altos edificios y que fue sede en 2012 de un pintoresco certamen de Miss Universo cuyo primer premio fue otorgado (casualidades de la vida) a una candidata local que constaba por aquel entonces con 33 años de edad.

Presenta distritos enteros cuya sola visión nos causa estupor, escrupulosamente acordonados y vigilados las veinte cuatro horas, se trata de extensas áreas cuya estado indica que en cualquier momento podrían ser habitadas, y cuyos activos inmobilarios en cualquier otra economía regida por valores capitalistas. 



Alrededor de la construccion y expansión de la ciudad China de Ordos, para la que muchos especialistas simboliza la antitesis de lo que debes ser un urbanismo proporcionado, se ha abierto un debate sobre lo conveniente de realizar una planificacion racional de la ciudad y sus prioridades.



Ya hubiera supuesto la creación de una burbuja cuya consecuencias económicas hubieran supuesto el deterioro de la economía global, pero que en el caso del coloso asiático, sin embargo y mas alla de lo perturbador que podria ser caminar por sus calles tan perfectamente acondicionadas como señalizadas y vacías de gente.

El museo de reciente construccion sobre una de las columnas contempla una ciudad suspendida en el tiempo

Te podrían inducir a creer que estas recorriendo las urbanizaciones de una ciudad que debido a un aviso por alerta nuclear han sido abandonados de forma urgente, si no se tratara de desarrollos urbanísticos que en ningún momento desde que fueron construidos a lo largo de la primera década de este siglo han sido habitados.
 

Aun así nos podemos hacer una ligera idea de la sensación de vacio que se puede llegar a experimentar según te alejas de los núcleos poblacionales habitados, como el volumen del ruido casi ensordecedor que percibies en las zonas mas populosas del centro, por el que circula decenas de miles de vehículos cada día.

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Se va atenuando hasta casi desaparecer según te aproximas a uno de los vecindarios que situados en el perímetro exterior de Ordos, se han convertido en un acicate para que algunos osados o incautos (según se mire), se adentren en las zonas clausuradas para registrar en imágenes la diversidad de lugares abandonados y miles de apartamentos que cerrados a cal y canto.

Esperan sin embargo a que puedan ser ocupados por sus nuevos inquilinos, edificios de apartamentos que por otra parte presentan un sorprendente excelente estado  conservación, debido fundamentalmente a que periódicamente se hace una exhaustiva catalogación de todos aquellos elementos que forman parte del mobiliario urbano y que por cualquier causa ha podido sufrir algún tipo de deterioro.

Siendo sustituido en el plazo de tiempo mas breve de tiempo posible, procedimiento burocratico que en Occidente seria considerado algo absurdo, en China se ejecuta de forma cotidiana, quizás por que saben que en un plazo razonable todas y cada una de las viviendas cuyo conjunto transmiten una sensación aislamiento serán finalmente habitadas.

Miles de pisos vacíos aun sin asignar sobre cuyas cornisas rebota un silencio que abarca todos y cada uno de los rincones de un lugar que haría las delicias de cualquier practicante de urbes, silencio que apenas es roto por el ruido de las bandadas de pájaros que han convertido las azoteas de los edificios.

En lugares de anidamiento y desde cuyas cimas obtienen unas vistas privilegiadas de un aeropuerto que todavía a día de hoy no ofrece un servicio regular de vuelos, y por ende de una ciudad cuya imagen cosmopolita se diluye de las misma manera que las expectativas de expansión urbanística que habian hecho concebir las supuestas reservas de carbon que se explotan en un mina cercana.