Semakau Landfill, de un basurero una paraíso de energías renovables


Aparentemente la isla de Semakau Landfill no tiene nada de especial, situada a una distancia de poco mas de ocho kilómetros de Singapur pasaría desapercibida entre los cientos de islotes que salpican el perímetro costero de esta prospera ciudad estado del Sureste Asiático. 

Enclaves marítimos en la mayor parte prácticamente deshabitados y con escaso valor estratégico-económico, y que solo son usados por algunas embarcaciones de pescadores, que las tienen como punto donde esperar a que amaine el temporal durante la estación de monzones. Pero que en el caso  Semakau Landfill  posee una virtud que la hace destacar entre las demás. 

Una Isla hecha de basura

Y tiene que ver con su patrón climático que se caracteriza por las intensas rachas de viento fenómeno muy frecuentes en la zona provocando que las corrientes oceánicas arrojen una alta frecuencia en cuanto a su oleaje. Circunstancias propicias por las que la compañía francesa que opera en el sector de las energías renovables Schneider Electric.

Pusiera sus ojos en esta isla cuyo perímetro apenas alcanza los siete kilómetros de los que 350 hectáreas de su territorio son terreno ganado al Mar. Esto ha sido gracias a un ambicioso programa gubernamental llamado Biopolis, por el que se han depositado hasta la fecha 63 millones cúbicos de basura que han sido trasladados desde la costa a traves de enormes cargueros.

Sirviendo como sustrato para que mas de trescientas familias de las miles que se esperan que estén residiendo cuando en 2045 este a pleno rendimiento la planta construyan sus casas, y cuyo principal objetivo es explorar estrategias que permitan planificar desde una óptica sostenible grandes asentamientos urbanos en ultramar.

Energías renovables y como gestionarlas

Siendo un pilar la autonomía energética  Schneider Electric ha contado con la colaboración de ingenieros pertenecientes a  la Universidad Tecnológica de Nanyang (NTU) y Engie Lab. Que han desarrollado un programa bautizado como Reids que báscula entre tres ejes fundamentales la gestión de redes inteligentes o programas de smart city, soluciones de almacenamiento de energía de origen renovable que permitan garantizar el suministro energético independientemente de las condiciones meteorológicas.

Y la coordinación eficiente de las soluciones renovables tanto terrestres como marítimas con el objetivo de obtener el máximo rendimiento de todas y cada una de las fuentes a explotar. Para eso se ha creado una instalación que actúa como un laboratorio en el que sus operarios escenifican diferentes situaciones armonizando la oferta y la demanda de la energia en función de la producción.

Tres variantes que raras veces coinciden, por lo que es fundamental concienciar a los usuarios sobre el uso racional de los recursos energéticos disponibles. Implicándoles a través de programas donde las pautas de consumo responsable se traducen entre otras medidas en la adquisición de electrodomésticos de bajo consumo, la instalación de depósitos que permite recoger las aguas grises, o soluciones arquitectónicas bioclimaticas que permiten reducir al mínimo el consumo en las viviendas.

Criterios de consumo que se complementan con la aplicación de la innovación tecnológica a través de un dispositivo domotico que regula de forma precisa mediante un software la cantidad energía estimada que demandara la red, además de los programas greenfield  y brownfield que regulan la escala y capacidad de la que se dispone energéticamente.


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Con un presupuesto inicial de 6.100 millones de dólares  Semakau Landfill es un proyecto con el que se pretende explorar en la practica la posibilidad de ganar grandes porciones de terreno  al Mar, desde una enfoque donde la sostenibilidad energética y la tecnología permitan la ampliación de grandes urbes como Singapur, donde la presión urbanística y demográfica la ha convertido en una de las ciudades mas densamente pobladas del planeta. 

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