Trail Marker Tree, los arboles estatua de los nativos americanos y sus mensajes ocultos

Los arboles a lo largo de la historia han servido a la humanidad de infinitas formas, detallarlas aquí seria en este momento un trabajo arduo de documentación casi imposible de abordar. 

Por lo que tan sólo me limitaré a afirmar sin caer en la exaltación ni la petulancia demagoga, que sin su presencia y la utilización parasitaria insatiable de sus recursos. Nuestra civilización hubiera sido inviable, habiéndose extinguido hace miles de años. 


Una de los pocos eventos en los que se ha establecido una relación simbiotica, por la que el beneficio obtenido por una de las partes no ha supuesto la desaparicion de la otra. Es la historia que protagonizan dos especies muy comunes y extendidas en diferentes áreas geograficas de los Estados Unidos como son el arce y el roble. 

Variedades a la que recurrían comunidades asentadas en los que hoy son los estados de Indiana, Ontario, Georgia, Missouri, e Illinois. Y a las que recurrían para diferentes usos.


Trail Marker Tree representan un ejemplo de como emplear la naturaleza y sus elementos, sin por ello alterar sus ecosistemas.

Debido a su capacidad de adaptación a diversos climas y las propiedades de su madera resistente y flexible. Pero en el caso de las tribus nativas que habitaban en lo que conocemos, como los Estados Unidos de America y Canada.



Uno de estos usos tenía como finalidad establecer una especie de código de comunicación entre las diferentes comunidades. Con este fin identificaban los todavía enjutos tallos de arces y robles para darles retorcidas formas.

Con los que crearon un sistema de señales arboleas que denominaron con el nombre de Trail Marker Tree. Con los que los miembros de las diferentes etnias señalizaban el terreno indicando sus diferentes funciones. 

Aunque suelen adoptar diferentes formas, la mas común es la de una zeta volteada noventa grados. Curiosa forma con la que sus autores se comunicaban delimitando su territorio.  La técnica que empleaban consistía en doblar los troncos de los árboles en sus primeras etapas hasta formar un arco.


Asegurándose de que quedara bien amarrados a una estaca clavada en el suelo o en su defecto atarlos a una gran piedra con una correa de cuero o de vid. 

Pasado el tiempo cuando la dirección del tallo había adquirido una textura consistente, se retiraba la brida de restricción dejando que el tronco desarrollara su grosor con toda normalidad y sin presión externa alguna. 

A pesar de que este tipo de practicas se dejaron de realizar hace mas de un siglo, todavía a día de hoy se pueden observar algunos ejemplos en los Grandes Lagos, donde se han llegado a catalogar y realizar un itinerario que visitan cientos de curiosos cada temporada.

Aunque uno de los lugares donde hay mayor concentración  de ejemplares se pueden contemplar es en Starhill Forest Arboretum en Illinois. Donde la hibridación de nuevas especies de roble, así como en la preservación de robles de edad avanzada, da como resultado una variedad de roble blanco que se conoce como Quercus o Pathfinder

Se trata de una sub-especie de roble blanco que posee una gran flexibilidad es una selección, propiedad idónea que le convierte en el mejor candidato para ser moldeado pudiendo adoptar casi cualquier forma.

Los Cherokees creian que serían capaces de regresar a sus tierras ancestrales, leer los mensajes de los árboles, y recuperar sus objetos de valor. Ese regreso por desgracia a día de hoy no se ha producido. Sin embargo su legado todavía se puede visitar casi un siglo y medio después "escrito" en los arboles tallados.

Un árbol intervenido por un miembro de la tribu Iroquoi habría sido diferente de uno creado por un Cherokee o un Navajo. Sin embargo, los árboles habrían sido moldeados de tal manera que fuera evidente que era obra del ser humano.

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