Michael Peck retrata la inocencia despues de la tormenta



Después de que sus dos abuelos murieron en 2010, con pocos meses de diferencia, el artista Michael Peck decidió investigar para conocer la historia de los hombres pertenecientes a su familia que sirvieron en la Segunda Guerra Mundial. 


El pintor con sede en Melbourne (Australia) utiliza su paleta monocromática al oleo para crear pinturas realistas  sobre lino de niños jugando con el equipo de la Segunda Guerra Mundial. La serie titulada The Landing explora y analiza las reacciones ante la guerra a través del asombro infantil. Y cuyos retratos nos remiten a los de otro francotirador liminal y crepúscular como es Gottfried Helnwein.


En su obra, que adorna con súbditos inocentes uniformados de piloto de caza y los ojos vendados. La serie esta inspirada en una historia de uno de sus abuelos le habló de un avión estrellado en Londres durante una de las operaciones, donde un grupo de niños rodearon el aparato para jugar, como si los restos fueran un elemento propio del patio de recreo.
 

Sus obras encarnan una quietud, capturando momentos en medio de una acción frenética. En este desconcierto las manos de los niños, las alas de los pájaros y el fluir de los arroyos se detienen temporalmente, invitando a la contemplación. El arte de Peck plantea preguntas sobre la infancia, la inocencia, la cultura, la naturaleza, en un contexto de transición e incertidumbre. Invitándote como sujeto a crearte tu propia interpretación. 

Esta imagen impresa en la memoria del pintor fue el hilo conductor para tratar  de comprender las causas que empujaron a la generación de sus abuelos a la gran guerra, y como esos terribles acontecimientos transforman la inocencia en crueldad. 


En la serie titulada Santuario, sin embargo Peck utiliza pigmentos disueltos en aceites para representar escenas con las que trata de escapar en el desierto victoriano y distanciarse de la trampa de la vida moderna, Peck tiene como objetivo capturar los momentos que anhelamos, momentos de paz, comprensión y contemplacion. Incluso si estos momentos son fugaces, se vuelven aún más valiosos debido a su rareza.