Max Papeschi - Caricatura histórica de la cultura Pop


Me pregunto si el artista Italiano se vera obligado a pagar derechos de autor, por utilizar la imagen de algunos de los iconos del arte de la animación del siglo XX, para realizar sus irreverentes caricaturas de dictadores genocidas, deidades e imagenes monoteístas y mascotas del consumo de masas y comida rapida.

Ejercicios iconoclastas que este outsider y elefant terrible de la cultura Pop más irreverente y de la forma bizarra posible. asocia con acontecimientos que representan hechos históricos, de los que como seres racionales nos tendrían que hacer reflexionar.

O al menos de los que tendríamos que guardar una memoria más o menos aproximada. Algo que lamentablemente no siempre sucede asi, provocandonos lapsus de anexia colectiva. Que lejos de ser casuales no parecen que queremos ignorar o directamente tergiversar determinados aconcentimientos historicos.


Que por su trascendia y connotaciones socio-politico deberíamos tratar de conservar en nuestra memoria colectiva sin ambigüedades. Y que Max de forma incisiva ya se encarga de recordarnos esta impostura devolviendonos un poco de la perspectiva perdida que tenemos sobre la realidad.

Un equilibrio necesario, al que el, por otra parte le añade ciertas dosis de humor, un tanto cáustico si se quiere. A medio camino entre la caricatura destinada a la sección de humor de cualquier rotativa y el periodismo de investigación. 



Fue a raíz de cuando intervino realizando un gran mural a gran escala sobre una fachada de un edificio en el centro de Poznan en Polonia, accion activista que lo proyecta en la escena global.


El artista Max Papeschi, haciendo gala de una acidez y humor sardónico. Nos muestra sin tapujos cual el proceso por el que la mas cruda realidad se suele tamizar, para que nos resulte mas fácil de digerir. 

Después de una experiencia como autor y director de teatro, televisión y cine, Max Papeschi se inicia con el arte digital. Como artista figurativo su acercamiento con el mundo del arte tuvo éxito inmediato entre los críticos y el público. 

Su trabajo políticamente incorrecto muestra una sociedad globalizada y consumista, y pone de manifiesto de una manera irónica realista tanto lo positivo como lo negativo de nuestros hábitos de vida. Así como de nuestros temores y nuestras incertidumbres.