Bruno Viganò - Florencia Costa/Clepsydra Urban Farming, granja revolucionaria garantiza la autonomía alimentaria de forma sostenible


El concepto de agricultura vertical no es algo nuevo, pero todavía parece estar un poco aletargada la adopción de esta práctica. Clepsydra Urban Farming diseñada por los arquitectos Bruno Viganò y Florencia Costa, para la edición de 2.011 del Buckminster Fuller.

Convocatoria de frecuencia donde se presentan iniciativas de desarrollo sostenible, que lleva el nombre del creador del Domo. Clepsydra trata de incorporar las características del efecto invernadero en una innovadora estructura  y autosuficiente, diseñado para operar en el entorno urbano. 

Los diseñadores de este nuevo invernadero vertical lo han contemplado la posibilidad de que se pueda fijar la Clepsidra en un edificio de viviendas ya existente o a una estructura comercial. La idea central  del diseño de la Clepsidra es crear un modelo  arquitectónico en el que se puedan desarrollar actividades de agricultura urbana en vertical.  


Partiendo del concepto invernadero, Clepsidra se puede incluir como equipamiento en diferentes tipologías de plantificación urbanística.  Con ese propósito se utilizan barras de acero industrial que evitan el tiempo de soldadura ensamblándose con tornilleria. Se trata de una granja vertical que responde a desafíos ambientales y ecológicos. 

La granja urbana Clepsydra farming sirve como herramienta de desarrollo en múltiples facetas urbanas para garantizar la seguridad alimentaria y la vida de la comunidad a que beneficia. 

Clepsidra aborda temas como las emisiones de dióxido de carbono producidas por el transporte, o el suministro de alimentos, así como otros aspectos como la seguridad alimentaria, la falta de tierras de cultivo, la reducción del uso del agua, o que tipo de envases de alimentos son más sostenibles.

El diseño arquitectónico y la mecánica se contempla para ser funcional en un edificio de hasta diez alturas. El primer prototipo presentado cuenta con una superficies de mil quinientos metros cuadrados.  Produciendo el equivalente a seis hectáreas de cultivos en campo abierto. La carcasa está hecha de una membrana transparente, de plástico resistente estructural ETFE. Se trata de una respuesta equilibrada a las necesidades de crecimiento económico y la protección del medio ambiente.